El tranvía de Sevilla un lujo innecesario que no resuelve ningún problema, más bien los crea.
La absurda obra maestra en pleno centro histórico de la ciudad con un coste final de 80 millones de euros parece un cuento idílico cuando pasa a nuestro lado.
Los sevillanos y turistas pasean por estas calles mirando con asombro al tranvía que menos distancia recorre en todo el mundo. Sólo 1,4 Km y por la zona peatonal, de modo que cualquier distraído puede pasar un buen susto. Es increíble que cosas como estas se hagan en nuestros días, lejos de hacernos más visibles en Europa por semejante ineptitud hacemos el ridículo.
Les recomiendo que sujeten bien a sus niños ahora que son días de fiestas porque el costoso tranvía sevillano no dejará de pasar después de haber estado cuatro meses de prueba.
Caminar por el centro de Sevilla en estos días de Diciembre supone un reto, entre algunas bicicletas, la muchedumbre voraz que visita El Portal de Belén y las ofertas de navidad más el susodicho tranvía. Habrá que pedir permiso para moverse.
Parece que el alcalde no previó los inconvenientes que implicaría una obra semejante, esto sin contar las catenarias que le proporcionan la energía y muchísimo menos el ridículo recorrido que cubre este moderno transporte. Si el dinero hubiera salido de sus bolsillos todos los involucrados en esta inverosímil obra se lo hubieran pensado mejor. Otra cosa bien diferente sería si comunicara a algún que otro pueblo de las afueras de Sevilla con el centro de la ciudad aunque sólo fuera los fines de semana en los que se hace más lento el transporte urbano.
Quizás se lo estén pensando mejor para la próxima legislatura o puede que ya no tenga remedio.
La absurda obra maestra en pleno centro histórico de la ciudad con un coste final de 80 millones de euros parece un cuento idílico cuando pasa a nuestro lado.
Los sevillanos y turistas pasean por estas calles mirando con asombro al tranvía que menos distancia recorre en todo el mundo. Sólo 1,4 Km y por la zona peatonal, de modo que cualquier distraído puede pasar un buen susto. Es increíble que cosas como estas se hagan en nuestros días, lejos de hacernos más visibles en Europa por semejante ineptitud hacemos el ridículo.
Les recomiendo que sujeten bien a sus niños ahora que son días de fiestas porque el costoso tranvía sevillano no dejará de pasar después de haber estado cuatro meses de prueba.
Caminar por el centro de Sevilla en estos días de Diciembre supone un reto, entre algunas bicicletas, la muchedumbre voraz que visita El Portal de Belén y las ofertas de navidad más el susodicho tranvía. Habrá que pedir permiso para moverse.
Parece que el alcalde no previó los inconvenientes que implicaría una obra semejante, esto sin contar las catenarias que le proporcionan la energía y muchísimo menos el ridículo recorrido que cubre este moderno transporte. Si el dinero hubiera salido de sus bolsillos todos los involucrados en esta inverosímil obra se lo hubieran pensado mejor. Otra cosa bien diferente sería si comunicara a algún que otro pueblo de las afueras de Sevilla con el centro de la ciudad aunque sólo fuera los fines de semana en los que se hace más lento el transporte urbano.
Quizás se lo estén pensando mejor para la próxima legislatura o puede que ya no tenga remedio.
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