Nuestra primera incursión en el universo del mundo marino . Fue un Domingo de Agosto parecía un fin de semana como otro cualquiera, pero fue muy diferente...
Isla Cristina un paraíso bajo las estrellas, entre el cielo y el mar. Allí la naturaleza tuvo una vez más un atizbo de prudencia y creó ese pedazo de tierra de pescadores y gente sencilla que hoy la llaman sus pueblerinos Isla Cristina.
En sus aguas navegamos sólo unas pocas horas pero suficientes para sentirnos parte de esta tierra, de su gente y sobre todo "de su mar". Participar y compartir la primera experiencia como pescador con un buen amigo que me precio de haber conocido, Chicha le dicen sus amigos porque así le llaman sus padres desde pequeño, un gran cantador que conquista con su cante y un gran hombre amante de la mar. Salir a la mar en su compañía, bajo su consejo y participar de su rutina o su hobby según sea el día hacía de nuestra primera mirada al mar una panacea a pesar del sol, el viento y el vaibén de la marea.
Eso éramos, atrevidos intrusos en aquel inmenso mar que nos dejaba mirarle desde arriba como inocentes para luego arrebatarle sus tesoros. Una enjambre de agujas nos siguieron mientras Chicha generoso les premiaba con su cebo de comida preparada por las manos de la sabiduría de su padre, gran conocedor del apetito y preferncias en el menú de los peces.
Nadie debiera permitirse morir si antes no ha pescado un pequeño-gran pez, caminado desnudo por la orilla de la playa bajo la luz de la luna o subido una montaña copada de nieve.
Pescar ennoblece el alma, te hace sentir lleno de vida y al menos, mientras incursionas sobre las aguas te sientes el rey de los mortales, y eso les garantizo que cuenta en la vida de cualquiera que se precie de ser humano.
No fue necesario esperar mucho, ni hacer acopio de paciencia como cuentan las malas lenguas, sólo hizo falta la sabiduría de Antonio y claro que fue de agradecer el buen chibatazo de su padre para decirnos dónde se aviztaban los peces. Así de sencillo pero complicado si no estás bien asesorado, porque entonces si va eso de -llévate el sombrero y póntelo -pues puedes quedarte tieso de tantas horas bajo el sol .
Continuará......