domingo, 21 de octubre de 2007

"Alba la ballena azul"



Alba es una ballena gigante, los hombres le dicen la ballena azul, no la llaman por su verdadero nombre. Muchos le temen por su gran tamaño pero Alba es noble y amiga de sus amigos. Cuando sea mayor quiere tener familia, anhela ser madre, pasear a su pequeño por todo el océano. Alba mide treinta y dos metros y es la más pesada de las criaturas que ha habitado en los mares.

Durante mucho tiempo ha sido feliz nadando y conociendo las profundidades del Antártico, de donde ha aprendido todo lo que sabe. Disfruta cada día lo que le ofrece el lecho marino que le sirve de casa, el mar es su mundo y allí se siente dueña y señora. Es muy selectiva y elige con quien compartir, en eso se nos parece mucho. Cada vez que quiere, sube a la superficie y por eso conoce el infinito cielo. Allá lejos cuando parece que se acaba el mar y se confunde con él, es donde mejor se siente y nada sin preocuparse. Cuando se le antoja, baja a las profundidades cruzándose con otras criaturas que la respetan y la quieren.

Alba es muy rápida, lo que le ha salvado en muchas ocasiones, pero ese tiempo en que nadaba confiada ha llegado a su fin. Los hombres hicieron grandes y modernos balleneros y la captura de las ballenas se desplazó al Antártico. Alba nunca más ha podido dormir tranquila. Las flotas la persiguen sin cesar, usan todo tipo de aparatos que la descubren adonde quiera que se esconda con sus radares y hasta desde el aire le disparan con sus armas volando en helicópteros. Si conocieran a Alba y pudieran escucharla no harían estas cosas, incluso algunas de sus conductas son muy comunes en nosotros los humanos. Deberíamos de aprender de estas enormes criaturas y aprovecharnos de su bondad para conocerlas mejor y protegerlas.

La inmensidad del océano es infinita y sus habitantes existen mucho antes de que el hombre pensara en poblar la tierra. Los seres humanos todos juntos podrían perderse millones de veces en el mar y ser encontrados por criaturas como ella. Sus antecesores tatarabuelos conocían los fondos marinos y viajaban grandes distancias. Alba y los suyos han visto más que nosotros y guardan inauditos secretos que debíamos compartir. Ella sólo quiere respeto, está dispuesta a conocernos y nuestro egoísmo e ignorancia no nos deja tiempo para entenderla.

La ballena azul que conozco, le gusta que le llamen Alba, me lo ha dicho muchas veces cuando la sueño despierta, en su ejemplar bondad ha dado el primer paso con increíbles sonidos y vibraciones que no intentamos escuchar, de sus largas conversaciones he aprendido que necesita recuperar su espacio. Alba al igual que nosotros quiere tener familia y necesita su libertad, me ha enseñado que podemos vivir todos en paz, juntos fuertes y débiles. Me convenció y le he creído, nos ha dado un voto de confianza. Podemos intentarlo, aún hay tiempo. Cuidándola seremos mejores y con nuestro empeño haremos que también nuestros hijos puedan conocerla un día.

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