"QUÉ GRANDE ERES Y SERÁS BENEDETTI" desde mi corazón.

Para los que siguieron de cerca sus letras en la isla del Caribe, a la que dedicó sus mayores afectos, Mario Benedetti, fallecido este domingo en su hogar uruguayo a los 88 años. Su obra y su vida trasciende hacia lo más hondo del inagotable recuerdo.

Mario me impactaste con tus palabras, he conocido de tu propia boca más allá de lo que dicen tu tinta y buenas maneras. No tuve la suerte de conocerte personalmente lo que hubiera sido un enorme privilegio para mí, pero te escuché donde estuviste y regalabas algunas palabras. Comprendí la grandeza de éstas, tu nostalgia de exiliado de varios países y la añoranza por cada pedacito de suelo que te cobijó. La eminente inteligencia y la profunda sabiduría de tus ideas. Me dejaste muy impresionada con tus pensamientos tus ideas políticas y tu larga visión sobre el futuro de América y la humanidad toda. Escapas de la burocracia y la política de los estados, profesas ideas que trascienden los límites de Montevideo para no encontrar fronteras en ningún horizonte. Te dirigiste a los españoles y a sus políticos, les expusiste razones que reiteran la veracida del por qué priorizar las ayudas a Nuestra América más allá de las falsas necesidades de Europa. Increíble y generoso en prudencia y mansedumbre, genuino en tu obra. Sabio y genial en tu poesía, mágico en tu prosa y cuentos.

Maravilloso ser humano que hemos de decirle adiós y despedirlo con tristeza por la pérdida pero felices por cumplirse tu deseo de dejar de respirar en tu Montevideo, a la que tanto le debes tus sueños y te vio nacer. Adiós poeta de poetas, alma bondadosa y de pausado hablar. Tu memoria seguirá con nosotros maestro de profanos y entendidos y ejemplo de hombre y ser humano en tu infinita humildad. Sé feliz y quédate con lo mejor de tu vida, todo tú.



El inconmensurable poeta, narrador, crítico literario, periodista y cronista de Montevideo a la que llegó muy joven, unió a su fecunda obra literaria la oposición tenaz a la dictadura militar (1973-1985) en su país, por lo que se mantuvo en el exilio durante doce años en los que vivió en España, Argentina, Perú y Cuba, que lo recibió como uno de sus mejores hijos y donde dedicó parte importante de su tiempo a la Casa de las Américas. "Cuba ha sido siempre una palabra muy importante para mí. Incluso antes de viajar a este país.