jueves, 10 de julio de 2008

Cuidado con accidentes en aparcamiento público....

Historia de atasco en un aparcamiento público vivido por una usuaria habitual del mismo.

Si eres usuaria del aparcamiento “Virgen del Rocío U.T.E.” te recomendamos que dosifiques con Tila tus despertares para que llegues mejor preparada al aparcamiento cada mañana cuando te diriges a ganarte el pan de cada día. Mejor aún, que te dure el efecto de la Tila hasta la hora de la salida.

Ayer día 8 de julio de 2008, fue el colmo de los inconvenientes provocados por el mal funcionamiento de los cajeros automáticos y de las vallas de salida. A las 15,05 horas accedí al parking encontrando una auténtica caravana de vehículos y todos los accesos al pasillo central bloqueados, ya que la valla de salida a la Avenida Manuel Siurot se había averiado provocando un gran atasco en el interior. El empleado logró con esfuerzo abrirla durante un rato, pero exactamente cuando llegué a ella se volvió a quedar cerrada, devolviéndome la máquina la tarjeta de abonado después de un tiempo esperando pero la valla seguía cerrada.

Nuevamente el empleado trató de arreglarla pero sin éxito, y para mi sorpresa, el mecanismo no dispone de un sistema manual de apertura para casos como éste, con lo cual es fácil imaginar el estado del aparcamiento saturado de vehículos dando marcha atrás para maniobrar y dirigirnos a la otra salida de la calle Marqués de Luca de Tena. Me pregunto qué ocurriría en esta situación si se hubiese producido un incendio o cualquier otra situación de pánico.

No terminando ahí la particular odisea, después de 15 minutos y con grandes dosis de paciencia llegar a la mencionada salida e introducir la tarjeta en la ranura y nuevamente sorpresa: Devuelve la tarjeta y la valla tampoco se abre, con el agravante de que en ese momento era la única salida que quedaba disponible en el aparcamiento.

Aprovecho para comentar que los cajeros son claramente obsoletos para el uso que tienen, no es lógico que funcionen solo con dinero en metálico en un hospital donde trabajan cientos de personas en cada turno y todas entran y salen más o menos a la misma hora. Este hecho provoca frecuentes averías, a veces no admiten monedas, otras no cogen los billetes, otras muchas se bloquean y hay que esperar a que el empleado los arregle, con el consiguiente caos que se organiza de personas haciendo cola y perdiendo tiempo.

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