martes, 22 de enero de 2008

Manchas en la familia

















Cómo conocí a Manchas.

Estaba en un refugio, compartía su espacio con varias perras y machos que la mordían sobre todo cuando llegó al refugio. Fenómeno lógico cuando traen a un animal nuevo y los perros anteriores se sienten dueños de su espacio, es una conducta muy habitual entre los animales. Según me contaron en un principio fue así y luego los perros la dejaron por incorregible porque no se defendía ni peleaba por la comida asíq ue no la consideraban una rival. Claro que cuando la conocí sólo llevaba dos semanas allí. Probablemente si seguía allí enfermaría de tristeza o moriría. Pero era de reconocer el inmenso trabajo que hacen las voluntarias en el refugio pues son chicas jóvenes estudiantes que tenían que viajar cada vez desde Sevilla capital hasta allí cosa que hacían con mucho gusto y las admiro por ello. Deberían tener mucho mas apoyo los refugios, hacen una labor admirable por suerte para todos estos animales.

Nunca sabré el motivo por el que ella estaba allí, no entiendo cómo pueden existir seres humanos que abandonen a un animal y mucho menos que cuando no les sirven los maten y de forma tan cruel e inescrupulosa. Las personas que lo hacen merecen ser abandonadas también alguna vez en la vida cuando no puedan valerse por sí mismas para que sufran en su carne lo que significa el abandono y la soledad, aún así siempre quedarán en superioridad de condiciones a las que dejan a sus mascotas al abandonarlas. Los animales no pueden hablar para defenderse y quedan expuestas a las miserias y a la crueldad de la calle.

Unas chicas voluntarias del refugio la encontraron en un campo cerca de la carretera y rescataron llevándola a un lugar seguro, donde pasaría el resto de sus días acompañada de otros que como ella también habían sido abandonados y maltratados por sus dueños.

En el refugio compartía su suerte con otros perros que tuvieron igual desdicha. Fue encontrada atada a un árbol junto a un galgo. Probablemente estaba recién parida o porque era verano y sus dueños querían irse de vacaciones. Estaba muy triste y no quería comer, estaba flaca y huesuda. Las personas que cuidaban de todos los que como ella allí estaban se preocupaban con cariño y voluntad a pesar de los precarios recursos, pero la tristeza de ella no le cabía adentro. Sin embargo agradecida con sus benefactores siempre movía sin levantarse su pequeña cola.

La decisión de qué animalito llevarme a casa fue muy difícil, fuí pasando delante de cada caseta para decidir cuál me llevaría. Fue muy difícil la elección porque todos merecían ser adoptados. Por eso, días antes me preocupaba qué pasaría cuando llegara al refugio y me sentí tan angustiada porque sabía lo que podría encontrarme allí. Había leído y visto imágenes por Internet sobre estos lugares y cómo necesitaban de ayudas y dependían de ayudas para mantener en buenas condiciones a los animales recogidos. Sabía que habrían muchos y que sería muy difícil tomar una decisión. Por eso apenas descansé la noche anterior y tenía tanta inquietud.

Indecisa y temerosa al mismo tiempo porque sentía que la responsabilidad que tenía que asumir era muy grande y la pena que sentí por todas aquellas criaturas aún la tengo grabada en mi mente. Nunca olvidaré sus miradas todos ladrando y moviendo sus colas saludaban al sentirse observados atrayendo mi atención. Pedían a gritos ser adoptados.

Cuando la vi supe que la llevaría conmigo, su mirada triste conmovía. El animalito estaba un poco desgarbado pero le miré en su interior y la encontré hermosa. Su apariencia externa nada me decía, sólo veía manchas moteadas color marrón y blanco. La perrita se mantenía limpia y estaba temerosa temblando cuando la observaban. Todo le asustaba, la acaricié y decidí tomarla. Tenía dos niñas que adoraban tener una mascota así que estaba segura de que el animalito estaría a gusto con ellas, sólo necesitaba un poco de atención y cariño.

La llamé por nombre Manchas me parecía bonito y fiel a su apariencia externa. La vida de Mancha cambió completamente como también para mi familia que la acogió como una más. Nos sentíamos felices como si siempre la hubiésemos conocido. Manchas tendría unos tres años de vida y había tenido cachorros, pero eso no me importó.

A veces sólo tengo poco tiempo pero la saco tres veces al día y cuando estoy muy complicada sólo puedo hacerlo en las mañanas y al acostarme, Pero los fines de semana hago lo imposible por dedicarle mas tiempo y salimos todos juntos con ella. Le encanta bañarse y que le cepillen su corto pelo porque es como un masaje para ella. A veces pienso que todo el mundo debiera tener una mascota en casa porque llegan a quererse mucho estos animalitos tanto como uno mas de la familia. Si la gente supiera cuanto ganarían adoptando a un animal lo haría todo el mundo. Las condiciones se crean, los espacios ideales de terreno y patio no siempre pueden tenerse. las niñas la adoran y Manchas tiene pasión por ellas, e srecíproco el amor. Para mí su presencia es fundamental porque ha sido una gran compañía sobre todo significó mucho para mi en momentos de tristeza que todos pasamos por ellos. Allí siempre estaba mi perrita lloriqueando a mi lado como si supiera que algo me pasaba. Es muy especial para mi.

Si todo el mundo tuviera mascota en casa se aliviaría la gravosa carga que tienen los refugios y lo más importante tendrían una vida digna todos los animales. Sin contar lo mucho que ganamos haciéndonos acompañar de un inquilino en casa como estos, que son tan agradecidos y buenos. A mi apenas me sobra el tiempo, tengo trabajo y deberes en casa, pero siempre se puede atender a la perrita. Todos tenemos poco tiempo y espacio, pero si intentamos ayudar a estos animales podemos lograrlo.

Al principio de su llegada fue difícil porque siempre estaba asustada y lloraba, temblaba, tenía pavor. Hasta cuando se encendía la tele o hacíamos algún movimiento ella se ponía a temblar. Fue difícil para nosotros entenderla pero poco a poco nos fuimos acostumbrando a ella y lo mismo la perrita a nuestra vida. Está claro que era maltratada por su antiguo dueño, pero el cariño y los tonos de voz suaves ella los percibía como halagos y respondía moviendo su colita. Con el tiempo fui ganándome su confianza y cariño. Hoy parezco su madre porque adonde quiera que me mueva ella va tras de mi. Es astuta y muy obediente, no tengo quejas de ella. La gente debe saber que los animales aunque no sean nacidos en casa o se adopten de muy pequeños pueden perfectamente adaptarse a nosotros y aprender nuestras hábitos y costumbres.

Un día Manchas conoció a Tiro el amor de su vida, es idéntico a ella pero las manchas más claras, desde que se miraron conectaron, el amor había llegado. Poco a poco Manchas comenzó a recuperar su estima y corría orgullosa y esbelta con gracia. Su mirada es viva y brillante, ladra con fuerzas y sin miedos.

Manchas es muy feliz, siempre corre dando grandes saltos como queriendo atrapar el tiempo perdido, envejece con nuestra familia que siempre debió ser la suya. Nuestra familia está completa y Manchas agradecida nos sigue haciendo compañía y nos contempla siempre desde el salón, es una mas de nosotros. Sólo hay que mirarle a los ojos para saber cuánto nos quiere a todos.

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