lunes, 28 de enero de 2008

“De por qué la ubicación del ombligo”


El cordón umbilical que al cortarlo y secarse constituye el ombligo es el nexo de unión entre el feto y la placenta. Alguien se ha puesto a pensar por qué el ombligo lo han puesto en el vientre?. Justamente encima de las caderas y en la misma línea horizontal que la cintura?. Le gustará al ombligo ocupar la posición que le ha tocado en el cuerpo humano? Y si éste decidiera cambiar de lugar?.

Pues mira con la forma tan peculiar que le da su curiosa apariencia, si se corre hacia arriba, quedaría en medio de las tetillas en los hombres y más que un ombligo, parecería una avería o un cráter en el medio de los esbeltos pechos femeninos. Sobre todo, si el dueño del cuerpo, del malcriado ombligo tuviera unos kilitos de más.

-Si su capricho consistiera en moverse hacia abajo y cambiar de posición con los genitales ¡qué clase de discusión provocaría! pues con las caricias que van y vienen y la temperatura subiendo, el enamorado no sabe si encontró la dicha de su vida o con la calentura le han cambiado a la mujer y entonces qué hace, por donde continúa? Y qué harán los pobres espermatozoides que ya se sabían el camino y ahora le cambian de palo pa rumba la trayectoria, por donde le entra el agua al coco se preguntarán?.
Por si fuera poca la catástrofes para éstos, qué sería del embrión tomando forma de feto, cómo respiraría allí aprisionado entre la pelvis y la vagina y cómo adaptarse a tan poco espacio?.

Y a todas estas, si el ombligo caprichoso fuera el del hombre, qué pasaría? Los pobres escurridizos espermatozoides caerían sobre él dejándolo siempre húmedo y embadurnado. Su gran ventaja sería que tendría la piel tersa como la de un recién nacido y sus pliegues quedarían firmes y voluminosos, porque no me negarán que un ombligo bien moldeado le da un toque de feminidad y sensualidad al cuerpo de una mujer. El pobre ombligo aunque estuviera siempre mojado al menos ganaría en juventud, y eso sin contar con la lluvia de orine que le caería a diario.
De ahí que tendría dos ventajas, la primera porque dicen que el fluido prodigioso de desecho de nuestros riñones, cura cualquier dolencia y si no, que le pregunten a los que hacen orinoterapia. Además sería muy justo si por fuera nos mojamos con orine, pues que le toque alguna vez a los de adentro, si no cura, por lo menos encharca en meao a todos los órganos por dentro. La segunda, siempre estaría mojado pero limpito y lustroso pues no me negarán que un ombligo mal lavado huele refeo.

-Si el susodicho prefiriera las piernas a la altura del muslo, parecería una pupa grande de varicela infestada o peor aún una herida mal cicatrizada. ¡Que horror!.

-Y si el condenado decidiera irse para los pies, entonces si que chillaría todo el día pisoteado todo el tiempo debajo de las plantas y aguantando el chicote de los dedos en invierno. Y los oídos estuvieran quejándose todo el día por su cantaleta.

-Y si en su curiosidad cambiara el recorrido hacia arriba creyéndose más importante y seguro, en dirección hombros. Entonces los brazos de seguro protestan porque les tocaría a ellos cargar con el cordón umbilical.

-Y si queriendo respirar con la nariz se posara en ésta, colándose en una fosa, cómo haríamos para estornudar?, y con el cordón, donde meteríamos al cordón?.

-Y ni pensar lo que ocurriría si se le antojara ver con los ojos. Se escurriría en una lágrima y nos quedaríamos sin ombligo. ¡Y hay de los que llevan lentillas! preferirán quedarse sin ombligo.

-Y ya lo último sería, si le diera la locura por instalarse en la cabeza, ¡el ombligo en la cabeza! . Le zumba el mango amigas y amigos. Entonces sí que estaríamos perdidas las mujeres, esperando toda la vida un detalle de nuestros maridos. Si no se les ocurre teniendo la cabeza sobre los hombros, imagínense que sería de nosotras si gobierna el ombligo. Miren mejor, que Dios les devuelva su costilla y cada cosa quede en su lugar.

Perdonen... algo me molesta en el vientre.... creo que mi ombligo quiere decirme algo.....

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