Insaciable soledad y sed de tu presencia.
¿Cuánta falta me haces?. Desvalida me quedo por tu ausencia,
como el mar de noche que no sabe donde aterrizar su ola,
unas veces más cerca y otras más lejos. Nunca igual.
Andando por una calle sin salida,
pies mojados y fríos con mi piel erizada por el recio viento.
Muchas veces te veía en sueños y tengo miedo. No apareces ya.
Me asusta la idea de la traición del subconsciente,
consciente esté de la pérdida de mi amada definitivamente.
Dios, me privaste de su presencia
y mi celo llegó lejos. Aún no entiendo ¿Por qué se fue ?.
Llevaste contigo mi amor y dejaste una oquedad sin fin
que no logro rellenar con fábulas, canciones o retratos.
Inexplicable sensación de pérdida del aire que respiras.
Nadie me enseñó a estar sin ti.
Ni siquiera tú, que todo lo sabías del mundo
supiste decirme cómo continuar sin tu presencia.
A mi madre.
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