jueves, 11 de octubre de 2007

"El mar de tu mirada"



En el infinito mar de tu mirada,
quiero perderme y encontrarte.
Tu dulce ternura,
penetra en mi entendimiento,
y aislada, casi inconsciente
dejo pasar a mi lado el tiempo.

Anhelo las caricias
de tus tibias manos,
aquellas, que siento en mi piel,
cuando me miras,
con esa mirada, que me mima,
con sólo mirar.

Los segundos en que me miras
los he guardado,
como instantáneas diapositivas,
que perturban,
a los cazadores de fortuna,
que atesoran imágenes,
y siluetas explosivas de fieras enjauladas.

Las conservaré para siempre,
en el longevo pensamiento
que quiero aislar
de la imprevista muerte,
o del accidente imprevisible
al que nos exponemos
con la cruel realidad del mañana.

Tu mirada queda en mí,
como quedan los registros
de cada plano de luz,
que invade sin permiso
el rostro descubierto
de una modelo, o la ingenua desnudez,
de una niña que juega,
y descubre su inocencia.

La esconderé,
en el rostro, de los que posan
inconscientes, en las fotos en sepia,
en las cartas de amor
extraviadas y distantes, guardadas
en los cajones de los amores,
que nunca supieron
que pasaron por la vida de otros.

Conservaré la mirada
que me seduce, y no provoca
saltos de locura o electricidad,
que priva de entendimiento.
Guardaré así tus miradas,
en los inmensos pozos de mi mente,
para que nadie pueda hallarlos
y romper el hechizo,
que en mi ejercen,
las olas de este mar que es tu mirada.

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