La mayor admiradora de la naturaleza, que nunca sale a dar un paseo y regresar con las manos vacías sin flores silvestres.
La transparencia, sencillez y naturalidad en la mirada de una anciana que ha visto tanto mundo, trabajado toda la vida, escuchado muchas cosas y cantado los mejores sones montunos bajo la sombra de una Ceiba cubana. Sin embargo su sabiduría se empequeñece al ver las flores por pequeñas o insignificantes que parezcan a la vista de los no entendidos.
Todo esto y mucho más, que sólo puede apreciarse mirádole a los ojos.
(Abuela embellecida por sus nietas con las flores que tanto le gustan, flores silvestres).
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