Hoy es día 5 y las niñas están cada vez mas entusiasmadas con la llegada de los Reyes Magos del Oriente.. No sé si probablemente idealicé mi infancia y los juguetes que me traían los reyes, pero recuerdo esa etapa con mucho cariño y es para mi muy entrañable. Pretendo que esta ilusión no se rompa muy temprano en mis hijas aunque reconozco que cada vez se hará mas difícil mantenerla.
Tienen su carta hecha hace mucho y dormirán esta noche con la inmensa ilusión de que puedan cumplirse sus deseos.
Los adultos debiéramos mantener este toque de niños que hay en nosotros pero mucho cuidado con los regalos, a veces los padres en sus ansias por alegrar a los niños se les va la mano y se exceden con regalos y sobre todo el tipo de regalos que a veces no es apropiado para nuestros hijos.
He tenido años en que he podido regalarles juguetes durante todo el año y me parece que lejos de hacerles bien corrí el riesgo de que no le dieran valor al esfuerzo ni a los juguetes mismos, pues acababan arrinconados.
Desde que decidí regalar juguetes sólo el 6 de Enero, todo va muchísimo mejor y hasta son mas generosas pensando en los pobres camellos cargados desde el Oriente con tantos regalos para tantos niños. Incluso durante el periodo de clases vamos moldeando sus comportamientos y hábitos en casa ya no sólo para que aprendan y complazcan nuestras peticiones por su propio bien sino también lo hacen para complacer a los Reyes Magos.
En la madrugada cuando estén dormidas colocaremos los regalos y adornaremos el paso de los cansados camellos dejando huellas por el salón y no dejaré de pensar en lo mucho que me gustaría que todos los niños del mundo pudieran recibir al menos un regalo. Quizás los Reyes Magos del Oriente perdieron la ruta a tantos lugares de la tierra. Es una inmensa pena que la alegría de nuestros hijos no sea compartida por tantos millones de niños en el planeta que no tendrán 6 de Enero ni lo mínimo indispensable para subsistir el resto del año.
Estas cosas algunos padres se las comentamos a nuestros hijos pero no debe quedar en un simple comentario sino que siempre que esté a nuestro alcance educarlos en valores de solidaridad y equidad para que crezcan sabiendo que hay otros que no corren igual suerte. Aunque no lo creamos podemos hacer de nuestros hijos seres humanos mejores que no piensen sólo en si mismos ni crean que todo se lo merecen. Hagamos de este grato día para nuestros niños otro día de enseñanza en valores auténticos.
Tienen su carta hecha hace mucho y dormirán esta noche con la inmensa ilusión de que puedan cumplirse sus deseos.
Los adultos debiéramos mantener este toque de niños que hay en nosotros pero mucho cuidado con los regalos, a veces los padres en sus ansias por alegrar a los niños se les va la mano y se exceden con regalos y sobre todo el tipo de regalos que a veces no es apropiado para nuestros hijos.
He tenido años en que he podido regalarles juguetes durante todo el año y me parece que lejos de hacerles bien corrí el riesgo de que no le dieran valor al esfuerzo ni a los juguetes mismos, pues acababan arrinconados.
Desde que decidí regalar juguetes sólo el 6 de Enero, todo va muchísimo mejor y hasta son mas generosas pensando en los pobres camellos cargados desde el Oriente con tantos regalos para tantos niños. Incluso durante el periodo de clases vamos moldeando sus comportamientos y hábitos en casa ya no sólo para que aprendan y complazcan nuestras peticiones por su propio bien sino también lo hacen para complacer a los Reyes Magos.
En la madrugada cuando estén dormidas colocaremos los regalos y adornaremos el paso de los cansados camellos dejando huellas por el salón y no dejaré de pensar en lo mucho que me gustaría que todos los niños del mundo pudieran recibir al menos un regalo. Quizás los Reyes Magos del Oriente perdieron la ruta a tantos lugares de la tierra. Es una inmensa pena que la alegría de nuestros hijos no sea compartida por tantos millones de niños en el planeta que no tendrán 6 de Enero ni lo mínimo indispensable para subsistir el resto del año.
Estas cosas algunos padres se las comentamos a nuestros hijos pero no debe quedar en un simple comentario sino que siempre que esté a nuestro alcance educarlos en valores de solidaridad y equidad para que crezcan sabiendo que hay otros que no corren igual suerte. Aunque no lo creamos podemos hacer de nuestros hijos seres humanos mejores que no piensen sólo en si mismos ni crean que todo se lo merecen. Hagamos de este grato día para nuestros niños otro día de enseñanza en valores auténticos.
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